El diseño de envases y embalajes, continúa siendo un valor indispensable en el lineal de un supermercado o tienda. Es el vestido de gala que un producto tiene a la hora de interactuar con un consumidor.
Por eso es una de las inversiones en imagen que menos ha cambiado en términos absolutos en el presupuesto de marketing, e incluso estamos viviendo una época de mayor dinamismo en la renovación del packaging.
Incluso cuando necesitamos una pequeña etiqueta, o un mero envoltorio, el diseño puede determinar la valía aparente de un producto. Un packaging bien diseñado puede elevar la calidad final de lo que identifica.
Si lo que necesitamos es una apariencia de producto con historia y una trayectoria que a veces por ser una gama nueva no tiene, el diseño del packaging puede intervenir como un atractivo motor de compra.
El producto más común y con mayor competencia, tiene siempre la oportunidad de ganar posiciones si va convenientemente presentado.